La Nebulosa del Fantasma (IC 63), en la constelación de Casiopea, fotografiada a mediados de noviembre de 2022 desde Molins de Rei. Esta nebulosa de emisión es un objeto bastante difícil de capturar, especialmente desde los cielos contaminados del Baix Llobregat. Pero no es mucho más fácil el pillarla desde cielos mejores. Prueba de ello es que no fue descubierta hasta 1893.
Los primeros que la fotografiaron fueron Max Wolfe (diciembre 1893) y Edward Barnard (febrero 1894). Algunas fuentes dicen que en realidad fue descubierta algo antes, el 17 de enero de 1890 por el astrónomo Isaac Roberts, quien en realidad fotografió esta región del cielo en ese momento, pero la nebulosa no era visible en la foto que tomó (además, no hay ninguna mención de esta nebulosa en ninguna de las publicaciones de Roberts -ver este enlace-).
La nebulosidad blanca que, como un segundo fantasma, en la foto primera se ve a la izquierda de la rojiza IC63, es la nebulosa de reflexión IC59. Dos objetos celestes por el precio de uno.
Sobre la foto, Nacho Guillén, el autor de esta maravillosa imagen, supone que quizá con un filtro de banda estrecha o metiéndole más horas hubiera conseguido más detalle. Y eso que fueron once horas de integración. Pero, por lo menos, indicó que consiguió sacar el efecto que quería y es ver como el destello de la estrella ilumina la nebulosa y le cambia su color rojizo por uno mas blanco-azulado, debido al Halfa.
El punto azul superior es la estrella variable eruptiva Gamma Cassiopeiae, una subgigante azul, que sabemos que en realidad es una doble espectroscópica, situada en el centro de la característica "W" que forma la constelación de Casiopea. También se la conoce con el nombre de Navi o Tsih (o Cih), que en chino significa 'látigo'. Su alta velocidad de rotación, superior a 300 km/s, hace que esté muy achatada hacia el ecuador. Ello provoca una pérdida de masa que forma un disco de «decrecimiento» alrededor de la estrella.
Imagen original de Nacho Guillén. |
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