El microrrelato de Augusto Monterroso nos permite abrir esta entrada al blog, recordando que, pese a todo y pese a haber podido abrir algo los ojos, la pesadilla sigue y que de hecho aún está prohibido el uso del interior del observatorio y de su telescopio por las restricciones sanitarias existentes para evitar la propagación de la pandemia de la COVID-19.
Pese a todo, se pudo renovar la alarma del edificio del observatorio 'Sergio López Borgoñoz', al que unos/as vándalos/as han pintado su parte exterior, afeándola notablemente. También se ha instalado en su interior un dispensador de gel hidroalcohólico para cuando sea posible volver a usarlo. En breve supongo que deberemos comprobar si todo funciona bien en el observatorio, dado que el telescopio Celestron Nexstar 11 de 28 cm. y su montura no se mueven desde inicios de marzo de este año.
Alfonso López Borgoñoz con Antoni Xavier Fernàndez en una observación solar, antes de la pandemia
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