Gira, el mundo gira

No
Stanotte amore non ho più pensato a te
Ho aperto gli occhi per guardare intorno a me
E intorno a me girava il mondo come sempre
Gira, il mondo gira
Nello spazio senza fine
Con gli amori appena nati
Con gli amori già finiti
Con la gioia e col dolore
Della gente come me
Oh mondo
Soltanto adesso io ti guardo
Nel tuo silenzio io mi perdo
E sono niente accanto a te
Il mondo
Non si è fermato mai un momento
La notte insegue sempre il giorno
Ed il giorno verrà

Eso cantaba Jimmy Fontana (1934-2013) hace 55 años en las televisiones de una Italia y una España en las que el universo se veía en blanco y negro. Aunque mucho más negro que blanco y mucho peor en España. Era evidente que el mundo giraba... en el mundo de la música, en el de los sueños amorosos y en el de la astronomía.

Sin embargo, muchos piensan que es el Universo el gira a nuestro alrededor. Sobre todo alrededor de algunos y algunas (no decimos nombres). Sin embargo, aunque muchos así lo crean, no es el Universo el que gira a nuestro alrededor, sino que es nuestro pequeño mundo, con su rápida rotación (a unos 1670 km/h por el ecuador -dos veces la velocidad de un avión normal y unos 400 km/h más que la velocidad del sonido-), el que hace que los objetos celestes parezcan moverse por el cielo en círculos casi perfectos. 

Una tierra con una forma redondeada (un geoide) facilita ello. Gracias a esa forma desde la antigüedad se sabe que es como mejor se explican a la larga todos los fenómenos que se observan en el cielo (curiosamente tal vez la cifra de terraplanistas actual sea la más elevada de la historia, pese a los vídeos de las naves orbitando la tierra y las fotos de nuestro planeta desde el espacio) (todos los pueblos de la antigüedad creían en una tierra redonda). 

Si se apunta la cámara hacia la estrella Polar, como hizo Daniel Martínez, de Sant Boi, en la Pleta (Garraf, Sitges), vemos como siguiendo el eje de rotación de la tierra, que apunta aparentemente hacia la estrella Polar, giran todas las estrellas alrededor de la misma, con sus tonalidades de colores rojizos, blanquinosos, azulados. Una excelente foto que aprovecha la chimenea para realzar más la gracia de un cielo cuyo mejor conocimiento nunca deja de sorprender.

El 19 de julio (siguiente foto), Xavier Mamano desde el Pla de Querol trató de conseguir un efecto similar, pero el tiempo de exposición que pudo dedicar no le permitió que el trazo de las estrellas se arqueara tanto como en la primera imagen.

Daniel Martínez Redondo (La Pleta, Garraf)

Xavier Mamano (Pla de Querol, Garraf)

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