Una imagen de la nebulosa del Calamar que no es ningún juego...

 

Objetivo conseguido. Nacho Guillén se propuso el reto de poder captar a la nebulosa del Calamar Gigante (OU4) desde su ciudad, Molins de Rei. Lograrlo le costó 48 horas de fotografía con su equipo. La señal de OIII de la figura del Calamar que se ve en el centro es muy tenue y casi imposible de entresacar en cielos contaminados lumínicamente.
La nebulosa fue descubierta en el año 2011 en la constelación de Cefeo por el francés Nicolas Outters. Su forma bipolar se distingue aquí por una emisión azul que nos revela la existencia de átomos de oxígeno (OIII) doblemente ionizados. Es enorme, y abarca su extensión aparentemente el equivalente a casi tres lunas llenas en el cielo nocturno. Su tamaño real posiblemente sea de más de 50 años luz de largo.
La nebulosa probablemente es fruto del material impulsado por un triple sistema de estrellas calientes y masivas, catalogadas como HR8119, situadas cerca del centro de la nebulosa, así como por una estrella variable pulsante llamada v419 Cephei. Está pendiente de confirmarse si se trata de una nebulosa planetaria. De serlo, sería una de las más cercanas de su tipo. 
La rodea aparentemente la nebulosa de emisión del Murciélago Volador (SH2-129) de hidrógeno rojizo (Ha). 
La distancia y naturaleza de la nebulosa del Calamar Gigante ha sido difícil de determinar. Aún así, una investigación sugiere que OU4 realmente se encuentra dentro de SH2-129 a unos 2.300 años luz de distancia.

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