Es agosto, y un Sol potente se deja sentir por toda la geografía peninsular. Nuestra comarca es una buena prueba de ello, aunque aquí lo terrible no es tanto la temperatura máxima diurna, que raramente sobrepasa los 32 o 33 grados, como la humedad cerca del mar.
Como siempre, José Manteca, desde el observatorio de Begues, continua con su labor de observación de la evolución de la fotosfera solar, captando las pequeñas variaciones que cíclicamente se producen en su superficie.
Así gracias a sus fotos vemos las nuevas manchas, las zonas penumbrales y los poros, entre las celdas que se ven con precisión.
Telescopio del observatorio de Begues apuntando al Sol
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