Ver Venus es relativamente fácil. Cuando su posición en el cielo matutino o vespertino es la adecuada, suele ser el objeto más brillante en el crespúculo matutino por el este y en el vespertino por el oeste, tras el Sol o la Luna (y a veces Júpiter). Incluso es el objeto más brillante en las horas previas a la salida del Astro Rey o en las posteriores a su ocaso. Su albedo es muy alto (el albedo es la proporción existente entre la energía luminosa que incide en una superficie de un planeta -u otros objetos- y la que se refleja), por lo que brilla mucho (sus nubes facilitan ello, sin duda).
Casi no debes ni fijarte. Está ahí, y si miras al cielo en la dirección correcta, lo ves brillante y espectacular...
Mercurio es un planeta diferente. Parece que no le gusta ser visto. Apenas se alza por el horizonte este u oeste cuando sale antes que el Sol o cuando se pone poco después que nuestra estrella. Está lejos, y es pequeño, y su albedo no es muy alto. No destaca mucho.
Pero ahí está...
A lo largo de una serie de noches de fines de febrero e inicios de marzo de 2025, Alfonso López Borgoñoz estuvo tratando de fotografiar ambos planetas en el anochecer sobre el Garraf, con fotos tomadas desde la playa de Castelldefels. Lo consiguió más o menos bien el 9 de marzo.
En las dos fotos que acompañan esta página, una de ellas lleva señalada la ubicación de ambos planetas, para que se puedan ver mejor entre las estrellas que los rodean.
Sobre todo a nuestro apocado Mercurio.
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